lunes, 3 de diciembre de 2012

Miembro superior: Epicondilitis Medial

Hola a todos bloguer@s esta semana empezamos a tratar la  osteología del miembro superior. Bien pues aquí os presentamos una patología muy común y conocida por todos , sobre todo si os gusta el deporte. Hablamos del codo de golfista:
La epicondilitis medial es una tendinitis del codo que aparece por exceso de uso del músculo flexor-pronador, lesión que aparece en su punto de inserción en el epicóndilo del húmero. También es llamada "codo de golfista" por presentarse con frecuencia en estos deportistas. La epicondilitis medial suele ir asociada a la epicondilitis lateral, mucho más frecuente, que también
recibe el nombre de "codo de tenista", que afecta a las inserciones musculares de la parte lateral del codo. En ambos tipos de epicondilitis el dolor puede aparecer a nivel de la inserción muscular en el hueso del codo o se puede irradiar hacia los músculos del antebrazo y ocasionalmente hasta la muñeca.

¿Y cómo podemos tratarlo?
El tratamiento no quirúrgico tiene tres componentes principales: protección, disminución de la inflamación, y fortalecimiento de los músculos y tendones, lo que se consigue al:



  • Reducir las actividades causantes de dolor
  • Modificar aquellas actividades que agravan el dolor
  • Disminuir el tiempo o intensidad de la actividad
  • Realizar descansos y estiramientos

Codera para tratar la epicondilitis.
Otros métodos de protección son la utilización de una codera elástica o una férula de muñeca y ocasionalmente la inmovilización con yeso. Un programa de estiramientos puede ser útil por disminuir la tensión del músculo sobre el tendón afecto. Los estiramientos incluyen el brazo afecto, así como el cuello, parte superior de la espalda y hombro, mano, muñeca, antebrazo y tríceps.


Recientemente, ha sido introducido un nuevo tratamiento de la epicondilitis, al parecer muy eficaz, denominado método de Sánchez consistente en una microelectrolisis percutánea guiada (aplicación de pequeñas corrientes eléctricas en las áreas afectadas). Según este autor, se trata de un método que ocasiona resultados positivos en epicondilitis refractarias a otros tratamientos. Sin embargo, no existen estudios clínicos adecuados que apoyen esta afirmación.


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