Esta entrada tratará sobre otra lesión bastante común, se trata de las fracturas de la mano.
Las fracturas de la mano son aquellas que afectan tanto a las falanges de los dedos como a los metacarpianos de la palma de la mano.
Es común que se produzcan fracturas de las falanges debido a golpes con balones o con cualquier objeto. En cuanto a las de los metacarpianos, suelen producirse en las peleas, de ahí que a la fractura del quinto metacarpiano también se le conozca con el nombre de fractura del boxeador(imagen superior).
Para diagnosticar este tipo de afecciones, se utiliza habitualmente la radiografía simple, y, sólo en contadas ocasiones se emplea el TAC.
En relación con el tratamiento, tenemos, por un lado, las fracturas de los dedos, que se curan normalmente con lo que se conoce como sindactilia, es decir, pegar el dedo fracturado a otro rodeándolo de esparadrapo. También se puede solucionar mediante la colocación de una férula. Ambas formas conseguirán mantener el dedo inmovilizado. Sólo en los peores casos se recurre a la cirugía, en la que se colocan placas con tornillos o agujas. Por otro lado, están las fracturas de los metacarpianos, para las que utilizamos habitualmente las escayolas. El tratamiento quirúrgico sería igual que en el caso anterior, se colocarían los huesos en la posición adecuada y se fijarían con agujas o placas.
Una fractura común dentro de las de los dedos es la de la base del pulgar. Lo característico de ella es que casi siempre se recurre a la cirugía para su curación, puesto que si quedase mal curada afectaría a la movilidad del pulgar. Una patología relacionada con este dedo es el pulgar de esquiador, esto es el esguince o rotura de uno de los ligamentos que une el pulgar con el resto de la mano. Se conoce con ese nombre puesto que es normal que ocurra por coger mal los bastones de esquí.
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