Os dejamos esta entrada sobre una prueba que se hace en determinadas ocasiones, se trata de la gammagrafía ósea.
La gammagrafía ósea es un estudio radiológico que se utiliza para diagnosticar determinadas enfermedades que afectan a los huesos.
Para realizar este examen, se pasa una sustancia radioactiva llamada radionúclido (normalmente difosfonato de tecnecio) por vía intravenosa. Dicho compuesto se acumula en el tejido óseo, en concreto en las zonas donde el metabolismo se encuentre alterado o exista un crecimiento del tejido óseo anormal y va emitiendo radiación gamma, que es detectada por un escáner que recoge la información y la representa en forma de imágenes. Las regiones donde se acumula el radionúclido se conocen con el nombre de ''zonas calientes'', y nos indican el lugar donde se encuentra el tumor óseo, la infección ósea u otras afecciones que no son captadas por otro tipo de pruebas radiológicas.
En cuanto al tiempo de realización de esta prueba, la sustancia radiológica se inyectará entre una y tres horas antes del rastreo con el escáner, dependiendo de la finalidad de la prueba. Durante ese tiempo, el paciente podrá pasear sin problema y deberá beber agua para que no se acumule todo en un sitio y que tampoco quede almacenado en la vejiga.
El fin principal de esta prueba es detectar la presencia de la metástasis ósea, ya que las células cancerosas se multiplican muy rapidamente, lo que da lugar a que su metabolismo sea muy notorio, y, como consecuencia se detecte facilmente gracias a las radiaciones emitidas. También se emplea cuando se acaba con el tratamiento del cáncer para evaluar los resultados. En ocasiones, también se utiliza para detectar infecciones óseas como la osteomielitis, en el diagnóstico de la enfermedad de Paget e, incluso, para reconocer fracturas óseas difíciles de localizar.
El principal riesgo que puede existir al someterse a la prueba es ser alérgico a la sustancia inyectada, así podrá aparecer sarpullido o hinchazón y en los casos más severos anafilaxia.
Para realizar este examen, se pasa una sustancia radioactiva llamada radionúclido (normalmente difosfonato de tecnecio) por vía intravenosa. Dicho compuesto se acumula en el tejido óseo, en concreto en las zonas donde el metabolismo se encuentre alterado o exista un crecimiento del tejido óseo anormal y va emitiendo radiación gamma, que es detectada por un escáner que recoge la información y la representa en forma de imágenes. Las regiones donde se acumula el radionúclido se conocen con el nombre de ''zonas calientes'', y nos indican el lugar donde se encuentra el tumor óseo, la infección ósea u otras afecciones que no son captadas por otro tipo de pruebas radiológicas.
En cuanto al tiempo de realización de esta prueba, la sustancia radiológica se inyectará entre una y tres horas antes del rastreo con el escáner, dependiendo de la finalidad de la prueba. Durante ese tiempo, el paciente podrá pasear sin problema y deberá beber agua para que no se acumule todo en un sitio y que tampoco quede almacenado en la vejiga.
El fin principal de esta prueba es detectar la presencia de la metástasis ósea, ya que las células cancerosas se multiplican muy rapidamente, lo que da lugar a que su metabolismo sea muy notorio, y, como consecuencia se detecte facilmente gracias a las radiaciones emitidas. También se emplea cuando se acaba con el tratamiento del cáncer para evaluar los resultados. En ocasiones, también se utiliza para detectar infecciones óseas como la osteomielitis, en el diagnóstico de la enfermedad de Paget e, incluso, para reconocer fracturas óseas difíciles de localizar.
El principal riesgo que puede existir al someterse a la prueba es ser alérgico a la sustancia inyectada, así podrá aparecer sarpullido o hinchazón y en los casos más severos anafilaxia.
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